Saturday 4 March 2017

Say yes to love


Todos o casi todos tenemos una opinión sobre el colectivo gay. Sin importar nuestro punto de vista tendemos a comenzar cualquier discusión con un “conozco a mucha gente gay” o “tengo muchos amigos homosexuales”. En mi caso no es cierto. No se cómo se sienten realmente, o lo que implica. Mi familia es tradicional, conservadora, soy heterosexual y he estudiado toda mi vida en un colegio católico.

Hoy mis padres y yo hemos acudido a Mardi Gras, la cabalgata del orgullo gay en Sidney. Yo admito que lo hice sin ninguna intención reivindicativa y sin demasiado interés en el fondo. Simplemente quería ver el espectáculo, el descontrol y el impacto que alguien tan distinto a mi iba a causarme, preparé mi cámara… y me equivoqué por completo.


Nada más acomodarnos, los disfraces dejaron de tener importancia y mis ojos comenzaron a posarse en madres y padres orgullosos de sus hijos ataviados con banderas de colores, manos de gente de todo tipo agarradas, miradas que se cruzaban con ojos brillantes de la emoción y sonrisas entre extraños. 
Cualquier fotografía carece de sentido porque no es para nada extraordinario. Lo que se respiraba antes de la cabalgata es algo que he sentido antes y está en cada uno de nosotros. Los críticos tienen razón, es lo más parecido a la locura del mundo y se define con cuatro letras… AMOR.


No estoy en posición de entender lo que sienten las 12.000 personas que desfilaron en esa cabalgata. Tampoco sé lo que sintió Becquer al escribir poesía, Mozart al componer música o Ángela al ver por primera vez a su hija Matilda. Aunque hubiese estado presente, seguiría sin saber lo que sintieron mis padres el día que dijeron si quiero hace 25 años. Cuando el primer hombre del desfile levantó un cartel diciendo el motivo por el que debería permitirse el matrimonio gay no había música sonando, ni gritos, ni critica a ninguna institución, solo había una frase escrita… “because I love him”. 

Reitero que no sé absolutamente nada sobre el colectivo LGTB pero si sé que el amor es lo más ilógico del mundo y precisamente lo que nos hace ser quienes somos. Mi función en esa cabalgata no era juzgar, ni unirme bailando y gritando a algo que no me afecta directamente. Creo que simplemente era demostrarle con mi presencia a cada persona que desfilaba que respeto cómo se sienten y de algún modo agradecer el riesgo que toman por ser irracionales. 
Dejando el envoltorio a un lado, la realidad es que su acto de amor, el odio que puedan generar y su lucha contra la sociedad es por su sentimiento hacia otra persona, no por ellos mismos. Mardi Gras es, a fin de cuentas, la mayor muestra de locura y humanidad que he encontrado desde que he llegado a Sidney.

 

Tuesday 14 February 2017

Éxito

Durante gran parte de mi vida asocié el éxito a la toma de decisiones acertadas, a la frialdad y capacidad de cálculo, al dinero y el reconocimiento social. También a ir un paso por delante del resto y cumplir tus sueños y ambiciones personales.

He conocido a varias personas exitosas en distintos ámbitos. La mayoria provienen de lugares, culturas y realidades muy diferentes pero todos tienen una serie de rasgos en común que curiosamente se opone a lo que las noticias, las series y las películas quieren imponerte.
El principal es que sus horas parecen multiplicarse. Esto es clave porque no solamente logran lo que se proponen, sino que se permiten el lujo de ser buenas personas.

Parándonos en este último punto opino que ninguno de nosotros nacemos o queremos ser malos. Nos enfadamos casi siempre por cansancio, hacemos daño por egoismo y criticamos por inseguridad y complejo...
A lo que voy enrollándome, es que ser bueno con los demás es algo que cuesta. Implica tiempo, paciencia y un caracter muy fuerte para poner al resto por delante de nosotros mismos. A la velocidad a la que nos movemos da la sensación de que no todo el mundo puede pulsar el botón de pausa y permitírselo.

Las personas de éxito son buenas sin darle ninguna importancia. Para ellos la bondad, luchar contra la injusticia y mejorar la vida del resto es una necesidad tan obvia como comer, dormir o respirar. No implica que busquen evadir su realidad, que estén inadaptados al mundo o que dejen de lado lo que al resto nos cuesta. Es todo lo contrario, son buenos y admirados porque tienen la capacidad y la sensibilidad para serlo y punto.

Llevándolo al extremo, pongamos el primer ejemplo gráfico en Cris Gallego.  La gente de mi edad que me lea en La Coruña la conocerá seguro. Por muy superficial que suene, no eres coruñes 100% si Cris no ha entrado en tu lista de las chicas más guapas de la ciudad. Allí estaba rodeada de personas que la valoran y quieren pero con 22 años tras aprobar su carrera ha desaparecido del mapa. Los que tenemos la suerte de conocerla un poco más sabemos que lleva casi 4 meses en África, rodeada de monjas ayudando a niños en un proyecto de Naciones Unidas. Lo hace porque quiere y porque puede. No necesitaba ningún reconocimiento social o palmada en la espalda. Ella ya se había comido el mundo, trabajado y viajado antes de sacrificarse por estos niños.
Prueba de ello es que su perfil con miles de seguidores ha desaparecido y ha dado paso a otro totalmente nuevo y distinto, en un mundo y cultura opuesta a aquella donde el resto buscamos tener éxito. Simplemente porque está un paso por delante de los demás.

Hablando de otras culturas, una de las últimas personas que veré en Adelaide es a mi amigo Jason Tran. Estoy orgulloso porque no es fácil que te haga un hueco ya que es uno de los bloggers del momento en la ciudad. Lo que sus miles de seguidores ignorar es que Jason también es uno de los estudiante más brillante en los últimos años en una institución que ha dado 5 premios Nóbel.
Con 23 años ya se ha graduado con Honores y ha comenzado su doctorado en UoA. Aunque da clase en la Universidad y puedes encontrar su nombre en diversos articulos científicos sobre dolores en la medula espinal, lo conocí en un puesto de Comercio Justo. Nos hicimos amigos organizando Fairly Educated Conference y tratando de cambiar el mundo.
Si aún quieres conocerle en persona, los viernes por la noche sigue organizando juegos de mesa con refugiados en la playa de Glenelg. Lo hace lejos de nuestro aplauso y reconocimiento esteril.

Saliendo de focos y aplausos, existen también quienes utilizan la bondad como recurso para potenciar lo mejor de ellos mismos. Jorge es la persona más escrupulosa del mundo y desde siempre quizás una de las más tímidas que conozco. Suele dejarme a mi lo de hablar, escribir y llevarme los piropos cada reunión familiar. Siempre se ha sentido más cómodo pensando, observándo y analizando todo lo que hay a su alrededor. Eso le permite manejar los tiempos de forma distinta al resto de personas de 18 años. Aún yendo un curso por delante del resto, entre exámenes de ingenieria eléctrónica y horas de gimnasio aprendió como generar potabilizadoras de agua. Luego durmió en chabolas y diseño el prototipo "Shakira" en Timor Oriental, cambiando la vida de cientos de personas para siempre.
 Lo hizo sin ganar dinero y sin que se hablase de él estas Navidades. Probablemente cuando alguién preguntó de pasada, estaba demasiado ocupado pensando en seguir un paso por delante de cualquiera de nosotros.


Hay muchos que no tienen tiempo para las redes sociales porque su vida ya está lo suficientemente llena. Marta llego a clases de salsa sin hacer ruido y como cualquiera otra chica se enamoró del profesor.  Mi amigo Pablo entre lección y lección también se fijo en ella, en su sonrisa y su brillo de ojos.
Una semana después, en Mcdonalds, él me habló de la forma en la que Marta trataba a los demás. Lo hizo antes de saber que estudiaba terapia ocupacional por su hermano que aparece en la foto. Antes de ir a recogerla a Primark después de trabajar para que pudiesen viajar juntos. Pablo me lo dijo antes incluso de encender la llama que iluminó su tatuaje oculto, dedicado a "sus niños" de AFANDICE. Los mismos que Marta convenció para que fuesen a cuidar juntos cada fin de semana desde hace un año porque los líderes están para hacernos mejores también al resto.

Cualquiera de estas cuatro personas es un toque de atención para todos. Un revés para los que opinan que los malos siempre ganan y que todo vale. Una ventana donde inspirarse para sustuir las excusas que nos ponemos al mirarnos al espejo. Sobre todo, los cuatro son un ejemplo de que la bondad y el amor por los demás es el motor que mueve el mundo y la mayor muestra de éxito.  
¿Exite una historia mejor que contar este 14 de febrero?



"y no puedo negar que es algo mágico,
la fuerza que se enfrenta al poder fáctico..."

Sunday 22 January 2017

El camino

Casualidades de la vida, justo antes de volverme a Australia el azar me cruzo con una persona que no esperaba volver a ver jamás. Se trata de alguien con quien solamente compartí un fin de semana de mi vida con 15 años en Madrid y que no tiene absolutamente ninguna conexión conmigo, mas allá de alguna foto en tuenti con brakets debatiendo sobre el uso responsable del agua.

Al tercer mensaje me di cuenta de que era alguien especial. Cuando le pregunté que planes tenía en mente, no me habló del verano, ni de su agobio por los exámenes o lo difícil que es ejercer como abogada. Me dijo que planeaba aprender el idioma de signos para escribir cuento para niños sordos. Luego, una de las pocas personas que me vio dar el peor primer beso de la historia, siete años y cinco minutos de mensajes después me envió un texto que acababa de escribir sobre la madurez.

Aunque nunca podré expresarlo tan bien como ella y he perdido la foto de sus notas a mano al cambiar de teléfono y número, le debía y me debía a mí mismo un post sobre este tema.

Madurar no asusta tanto. No es más grande, más serio ni más responsable. Madurar es menos. Son menos momentos sin pensar las consecuencias y menos personas con las que compartir tu locura, tus éxitos y tus fracasos. Son menos enfados y menos euforia. Es depender menos, emocionarte menos y creer menos en Hollywood. Son menos horas reflexionando para volver al mismo punto y sobre todo son menos culpas y reproches a los demás.

Madurar es salir de tu refugio y empezar a dar pasos. Duele por todo lo que vas dejando atrás, porque la arena quema y lo fácil es culpar a quien no tiene la obligación de sufrir contigo, en lugar de mirar hacia adelante. El viaje es tuyo y tienes que disfrutarlo con todas sus consecuencias. Un día, quizás a través de un mensaje inesperado, te darás cuenta de que solo caminando por ti mismo podrás cruzarte con las personas indicadas en el punto exacto.

Si no sabes como empezar, prueba a seguir las huellas de aquellos que llevan una vida dando pasos a tu alrededor. Descubrirás que desde su propio comienzo y dudas, sin ni siquiera saberlo ellos mismos, han estado allanándote el camino y sacrificándose por equiparte para recorrer el tuyo propio.


"Aprendes que las cosas pasan y no eres el centro
 Que no gana siempre el que tenga mejor argumento 
Que merecerse algo no significa tenerlo 
Pero también que tarde o temprano siempre te ocurre algo bueno"

Wednesday 11 January 2017

El post que siempre quise escribir



Antes de lanzarme contra el teclado a pecho descubierto, quiero enviar un mensaje a las casi 5.000 personas que han empleado parte de su tiempo en leerme durante estas primeras diez publicaciones desde todos los rincones del mundo.

Gracias a todos los que conociéndome o sin conocerme me habéis animado a seguir escribiendo, especialmente a los que os atrevisteis a compartir mi forma de ver el mundo en vuestros muros, o a leerme en voz alta a vuestros padres, amigos y la gente que queréis. No es una cuestión de números. Os lo agradezco porque me demostrasteis que mi opinión importa. Incluso sin el envoltorio de un diseño bonito o la técnica de un gran escritor, con cada visita me disteis fuerza para terminar escribiendo el post que siempre he querido que el mundo leyera.

Normalmente cuando hablamos de la sociedad en general y la juventud en particular solemos ser bastante pesimistas. Existe la visión generalizada de que el mundo va de mal en peor, cuesta abajo y sin frenos.
Sin entrar en grandes problemas, criticamos las modas, pero todos buscamos aceptación social, criticamos la música actual y a menudo no tocamos ningún instrumento, criticamos el arte moderno, incomparable a los clásicos, pero no sabemos pintar absolutamente nada.

Sobre todo, y de forma continua, criticamos que el mundo no avanza, pero involuntariamente hundimos a aquellos que tienen la capacidad de transformarlo.
Desde el colegio, silenciamos sus sentimientos, estigmatizando a aquellos que ven la realidad de forma única como cursis, raros, inadaptados o ilusos. Si aún así tienen la terquedad de seguir adelante, juzgaremos su osadía como ingenuidad frente a un mundo cruel que tarde o temprano les pondrá en su sitio. Todos necesitamos tragar mierda de vez en cuando, pasar por el aro y aprender lo dura que es la vida.

Hoy he decidido revelarme contra ese sentimiento. Con 22 años me gustaría decirle al mundo que se equivoca. Que si arriesgas pierdes menos que siguiendo un camino marcado. Que si alguien vive en su mundo, es porque el resto no tenemos la sensibilidad o la capacidad para entenderlo. Que no lloran los débiles, sino los que sienten y viven de forma más intensa que el resto. Que existe gente distinta a nosotros con la habilidad de mejorar la sociedad y brillar por encima de los demás y que les necesitamos más que nunca.

Sé que estáis mas cerca de lo que queremos admitir y solamente necesitáis que dejemos a un lado nuestro miedo y orgullo y creamos en vosotros.

Cuando todo se hunde, el héroe siempre será el que tiene el valor de remar a contracorriente. No es ignorancia, ni prepotencia. Si te sientes incomprendido y estás sufriendo, es porque estás moviéndote en la dirección correcta. Así que sé feliz y sonríe, porque mientras el resto sigue culpando a las olas tú y solo tú tienes el don de entender las mareas de forma única.


"And while you wish you could have been normal... I can promise you I do not. 
The world is an infinitely better place precisely because you weren't"

Monday 19 December 2016

Como Siempre

Llevo ya 10 días en Europa. Recuerdo que la última vez que dejé España estuve casi un mes prácticamente aislado del mundo. Si de algo me arrepiento este año, es de haberme dado demasiada importancia. Llegue a convencerme de que mi país de residencia, mi vida profesional o mi relación sentimental eran factores que me definían como único y me hacían incomprensible al resto de personas de mi misma edad.

Cuando tocó arriesgarlo todo y empecé a intuir que las cosas no saldrían como había planeado, oculté mis problemas a la gente que me quería, no por orgullo sino para no decepcionarlos. Es increíble cómo a pesar de mis esfuerzos, los mensajes de aquellos que había apartado de mi vida empezaron a llegar poco a poco...

Es en el contenido de esos mensajes y las conversaciones donde está la reflexión más importante de este post.

A medida que fui volviendo a introducir a mi hermano, mis primos y amigos cercanos en mi vida, mi mundo se volvió a llenar de cosas secundarias que son imprescindibles. Al mismo tiempo, lo que parecía tambalear mi realidad pasó de largo.

Lo importante para ellos era que por fin me había crecido barba y que por mucho que lo intentase, el gimnasio no daba los resultados previstos. Volví a pasar horas discutiendo proyectos inviables para cambiar el mundo, a planear viajes y a escuchar música.



Retomando el aquí y ahora, si me preguntas que tal estos diez días las cosas fueron según lo previsto. Iago sigue resolviendo los problemas de toda la familia y Juan sigue encandilando a las señoras del Mercado de Motores, como siempre hace.

Miguel y yo descubrimos una nueva idea del millón de euros que añadir a una lista interminable. Luis ha vuelto a cambiar de trabajo y Marta sigue pensando que Pablo es igual de imbécil, así que siguen queriéndose lo mismo.

Volvimos a improvisar un plan que esta vez me llevo a Nottingham para ver el último concierto de Yellowcard. Sonaron exactamente igual que en sus discos, Marta me volvió a llenar de abrazos y Pablo me llamo cabrón unas 20 veces. Tampoco me dejo dormir con sus ronquidos que atraviesan hasta las literas.


Estos diez días he aprendido a vivir en una paradoja, a tomarme enserio cada minuto riendo, a apoyarme en recuerdos para dar pasos adelante en mi vida y a ver críticas como cumplidos si vienen de la persona adecuada.

He encontrado lo más importante oculto en las cosas pequeñas y he empezado a saborear los “como siempre” tanto como las primeras veces.

Sobre todo, he aprendido a dejar de intentar medir los sentimientos, o condicionar la felicidad a grandes éxitos y momentos extraordinarios.  Descubrí que si mi mundo gira, es gracias a un eje fijo que se oculta en las personas que siempre estarán allí y en aquello secundario que no cambiará con el paso del tiempo.

 
"We were singing 'til our voices were gone
And I was falling hard
You were barely hanging on
And now I wanna chase forever down
With you around"

Monday 12 December 2016

El refugio y su guardián

He vuelto a Galicia durante un mes por varios motivos. El principal es que egoistamente necesitaba que el tiempo se congelase, descansar, leer y preparme mentalmente para un 2017 que va a estar cargado de emociones y responsabilidad.

Creo que hay un solo lugar en el mundo que cumpla este objetivo. Es un lugar con vistas al puerto de la Coruña, que huele a libro antiguo y tiene todos los clásicos del mundo. Solamente se enciende la televisión para ver "Se ha escrito un crimen". Allí suelo quedarme dormido temprano mirando posters de los años 80. Por las mañanas escucho las noticias en una radio antigua y desayuno colacao con espuma, zumo y tostadas con azucar y mantequilla. Es la misma rutina en etapas claves de mi vida desde que tengo uso de razón.

Lo mejor de este refugio y lo que lo hace tan especial es la compañia. Es alguién que representa mi forma de ver una generación entera. Eso significa que es a ella a quien agradezco regalos como sentirme seguro, tener siempre la nevera llena y libertad para escribir sobre politica o lo que me apetezca por muy polémico que resulte.

Volviendo a la protagonista del post,  a simple vista se trata de una mujer bien vestida, sin excentricidades aunque centrada en los detalles y algo presumida. Si tienes la suerte de entablar conversación unos minutos con ella, descubrirás que es también una persona increiblemente culta y sobre todo sensible.
Tiene la capacidad de empatizar contigo para luego reducir tus miedos, complejos y preocupaciones a cualquier anécdota, a lo bien que te queda el pelo corto o lo poco que estás comiendo hoy. Aunque vive permanentemente preocupada siempre es por la gente que quiere, nunca por ella misma...
Quizás por eso le cuesta echar la vista atrás y hablar sobre si misma, pero cuando lo hace te transporta a un lugar increible.

Se trata de un pais muy distinto al que te cuentan en libros, prensa y peliculas. Yo lo imagino como un sitio gris y lleno de sacrificios, pero que se fue pintando a golpe de nobleza, valores y perdón entre bandos por amor.

Esta semana mi tiempo se congeló entre cartas antiguas a mano, examenes de revalidas y fotos en blanco y negro. Entre ellas, descubrí que puedo comerme el mundo...
Llevo en la sangre la inteligencia de un matemático rojo encarcelado y la nobleza de un franquista que trabajaba los domingos para que sus hijos fuesen libres y felices.
También la sensibilidad de una peluquera que volaba a Paris a traer tendencias y el valor de un ingeniero que escapó de la Cuba de Fidel Castro por darle un futuro a su hija.

En mi refugio aprendí que he tomado la decisión correcta y que lograré estudiar un Master y trabajar al mismo tiempo. Cuando empezamos a abrir cajones, me emocionó saber que tengo una abuela que estudiaba por la noche a escondidas, cuando sus bebes no lloraban y nadie creia en ella.


Este post es la historia de una mujer que terminó siendo profesora en las mismas aulas donde estudió Pablo Picaso y creando un refugio increible.
Hoy me prometí a mismo tener claras mis prioridades en la vida y mantener sus valores. Solo así, en poco tiempo, podré volver a pintar mi hogar igual que lo hizo su generación hace ya 80 años.



 "piensa que el futuro es una acuarela y tu vida un lienzo que colorear"

Thursday 1 December 2016

Personas, nombres y apellidos.

Vamos a romper el hielo con una adivinanza... 

¿Qué tienen en común el Aeropuerto de Dubai, Gran Vía y Marineda en la Coruña durante cualquier fin de semana y que cambia radicalmente en los próximos 30 días?
 
Los tres lugares en cuestión están permanentemente saturados. Hablamos de masas que te engullen y te arrastran. Se trata de grupos totalmente heterogéneos y a menudo sin mucha relación entre si... 

En Diciembre cualquiera de estos tres lugares se llena de personas. Tengo la indiscreta manía de quedarme embobado viendo las caras y los gestos, las miradas y la forma que cada uno tiene de interactuar con el entorno en estas fechas. Si sabes disimular tan bien como yo y te fijas atentamente, los anuncios, las luces y la decoración pasarán a un segundo plano.

Porque hablando de fijarse, Navidad es ver más guapo a todo el mundo. En mi caso, es mi abuela Yaya peinándome y Okeka planchándome el traje por cuarta vez. También son Anabel y Claudio emocionados viendo a mis primas estrenando vestido para salir en fin de año, o mi padre diciéndole a mi madre que todo le queda bien cinco minutos antes de la cena.

Navidad es ver el trabajo de otra manera. Son médicos, como mi vecina Conchi o mi prima Paloma, haciendo guardias incluso mal pagadas. Es Julio Novoa decorando su clinica y cada autónomo decorando su negocio. Es mi hermano Jorge construyendo potabilizadoras en Timor Oriental en lugar de salir de fiesta. Navidad es cada hora de estudio para no decepcionar a tu familia. Son tanto las pagas extra que se van en regalos, como cada euro que un empresario pierde por concederlas.

Navidad es sobrellevar el dolor. Es Humbe y Carolina secándose las lagrimas y viniendo y cenar con nosotros de luto. Es la cabalgata de Reyes en Ferrol y que Franchón aún invite a tomar roscón en su casa.


Navidad es viajar. Es hacer 28 horas en avión con un dedo roto. Son los hijos de Guillermo y Marta volando hacia Adelaide. Es cruzar España desde Sevilla en coche o un pasaje en familia a Mexico DF. 

Navidad a veces es distancia. Es el Skype de Luis abierto para hablar con su madre en Venezuela. Son las hijas de Ketty, tan contentas de conocer a su nuevo hermano que olvidan que sus abuelos se han vuelto a Ferrol.
Navidad es Ángela poniendo mesas a sus amigos embarazada. Es cada mirada que Johan lanza a la habitación recién decorada antes de acostarse. Es sentirse afortunado de estar con la persona que quieres de verdad sin importar lo que el mundo piense o las dificultades.

Navidad son nombres y apellidos porque es tener fuerzas para volver a ser quienes somos. No se mide en regalos caros o baratos, ni momentos concretos. No es ser mejores, ni extraordinarios. Es simplemente demostrarle al mundo, al menos durante 30 días, que tenemos el valor de luchar y sacrificarnos por otros más que por nosotros mismos. 

Si observas como yo, verás que en Navidad todo se llena de personas. Estés donde estés, creas en lo que creas, no hay nada más humano que Diciembre con aquellos que sacan lo mejor de ti.