Sunday 22 January 2017

El camino

Casualidades de la vida, justo antes de volverme a Australia el azar me cruzo con una persona que no esperaba volver a ver jamás. Se trata de alguien con quien solamente compartí un fin de semana de mi vida con 15 años en Madrid y que no tiene absolutamente ninguna conexión conmigo, mas allá de alguna foto en tuenti con brakets debatiendo sobre el uso responsable del agua.

Al tercer mensaje me di cuenta de que era alguien especial. Cuando le pregunté que planes tenía en mente, no me habló del verano, ni de su agobio por los exámenes o lo difícil que es ejercer como abogada. Me dijo que planeaba aprender el idioma de signos para escribir cuento para niños sordos. Luego, una de las pocas personas que me vio dar el peor primer beso de la historia, siete años y cinco minutos de mensajes después me envió un texto que acababa de escribir sobre la madurez.

Aunque nunca podré expresarlo tan bien como ella y he perdido la foto de sus notas a mano al cambiar de teléfono y número, le debía y me debía a mí mismo un post sobre este tema.

Madurar no asusta tanto. No es más grande, más serio ni más responsable. Madurar es menos. Son menos momentos sin pensar las consecuencias y menos personas con las que compartir tu locura, tus éxitos y tus fracasos. Son menos enfados y menos euforia. Es depender menos, emocionarte menos y creer menos en Hollywood. Son menos horas reflexionando para volver al mismo punto y sobre todo son menos culpas y reproches a los demás.

Madurar es salir de tu refugio y empezar a dar pasos. Duele por todo lo que vas dejando atrás, porque la arena quema y lo fácil es culpar a quien no tiene la obligación de sufrir contigo, en lugar de mirar hacia adelante. El viaje es tuyo y tienes que disfrutarlo con todas sus consecuencias. Un día, quizás a través de un mensaje inesperado, te darás cuenta de que solo caminando por ti mismo podrás cruzarte con las personas indicadas en el punto exacto.

Si no sabes como empezar, prueba a seguir las huellas de aquellos que llevan una vida dando pasos a tu alrededor. Descubrirás que desde su propio comienzo y dudas, sin ni siquiera saberlo ellos mismos, han estado allanándote el camino y sacrificándose por equiparte para recorrer el tuyo propio.


"Aprendes que las cosas pasan y no eres el centro
 Que no gana siempre el que tenga mejor argumento 
Que merecerse algo no significa tenerlo 
Pero también que tarde o temprano siempre te ocurre algo bueno"

Wednesday 11 January 2017

El post que siempre quise escribir



Antes de lanzarme contra el teclado a pecho descubierto, quiero enviar un mensaje a las casi 5.000 personas que han empleado parte de su tiempo en leerme durante estas primeras diez publicaciones desde todos los rincones del mundo.

Gracias a todos los que conociéndome o sin conocerme me habéis animado a seguir escribiendo, especialmente a los que os atrevisteis a compartir mi forma de ver el mundo en vuestros muros, o a leerme en voz alta a vuestros padres, amigos y la gente que queréis. No es una cuestión de números. Os lo agradezco porque me demostrasteis que mi opinión importa. Incluso sin el envoltorio de un diseño bonito o la técnica de un gran escritor, con cada visita me disteis fuerza para terminar escribiendo el post que siempre he querido que el mundo leyera.

Normalmente cuando hablamos de la sociedad en general y la juventud en particular solemos ser bastante pesimistas. Existe la visión generalizada de que el mundo va de mal en peor, cuesta abajo y sin frenos.
Sin entrar en grandes problemas, criticamos las modas, pero todos buscamos aceptación social, criticamos la música actual y a menudo no tocamos ningún instrumento, criticamos el arte moderno, incomparable a los clásicos, pero no sabemos pintar absolutamente nada.

Sobre todo, y de forma continua, criticamos que el mundo no avanza, pero involuntariamente hundimos a aquellos que tienen la capacidad de transformarlo.
Desde el colegio, silenciamos sus sentimientos, estigmatizando a aquellos que ven la realidad de forma única como cursis, raros, inadaptados o ilusos. Si aún así tienen la terquedad de seguir adelante, juzgaremos su osadía como ingenuidad frente a un mundo cruel que tarde o temprano les pondrá en su sitio. Todos necesitamos tragar mierda de vez en cuando, pasar por el aro y aprender lo dura que es la vida.

Hoy he decidido revelarme contra ese sentimiento. Con 22 años me gustaría decirle al mundo que se equivoca. Que si arriesgas pierdes menos que siguiendo un camino marcado. Que si alguien vive en su mundo, es porque el resto no tenemos la sensibilidad o la capacidad para entenderlo. Que no lloran los débiles, sino los que sienten y viven de forma más intensa que el resto. Que existe gente distinta a nosotros con la habilidad de mejorar la sociedad y brillar por encima de los demás y que les necesitamos más que nunca.

Sé que estáis mas cerca de lo que queremos admitir y solamente necesitáis que dejemos a un lado nuestro miedo y orgullo y creamos en vosotros.

Cuando todo se hunde, el héroe siempre será el que tiene el valor de remar a contracorriente. No es ignorancia, ni prepotencia. Si te sientes incomprendido y estás sufriendo, es porque estás moviéndote en la dirección correcta. Así que sé feliz y sonríe, porque mientras el resto sigue culpando a las olas tú y solo tú tienes el don de entender las mareas de forma única.


"And while you wish you could have been normal... I can promise you I do not. 
The world is an infinitely better place precisely because you weren't"