Thursday 1 December 2016

Personas, nombres y apellidos.

Vamos a romper el hielo con una adivinanza... 

¿Qué tienen en común el Aeropuerto de Dubai, Gran Vía y Marineda en la Coruña durante cualquier fin de semana y que cambia radicalmente en los próximos 30 días?
 
Los tres lugares en cuestión están permanentemente saturados. Hablamos de masas que te engullen y te arrastran. Se trata de grupos totalmente heterogéneos y a menudo sin mucha relación entre si... 

En Diciembre cualquiera de estos tres lugares se llena de personas. Tengo la indiscreta manía de quedarme embobado viendo las caras y los gestos, las miradas y la forma que cada uno tiene de interactuar con el entorno en estas fechas. Si sabes disimular tan bien como yo y te fijas atentamente, los anuncios, las luces y la decoración pasarán a un segundo plano.

Porque hablando de fijarse, Navidad es ver más guapo a todo el mundo. En mi caso, es mi abuela Yaya peinándome y Okeka planchándome el traje por cuarta vez. También son Anabel y Claudio emocionados viendo a mis primas estrenando vestido para salir en fin de año, o mi padre diciéndole a mi madre que todo le queda bien cinco minutos antes de la cena.

Navidad es ver el trabajo de otra manera. Son médicos, como mi vecina Conchi o mi prima Paloma, haciendo guardias incluso mal pagadas. Es Julio Novoa decorando su clinica y cada autónomo decorando su negocio. Es mi hermano Jorge construyendo potabilizadoras en Timor Oriental en lugar de salir de fiesta. Navidad es cada hora de estudio para no decepcionar a tu familia. Son tanto las pagas extra que se van en regalos, como cada euro que un empresario pierde por concederlas.

Navidad es sobrellevar el dolor. Es Humbe y Carolina secándose las lagrimas y viniendo y cenar con nosotros de luto. Es la cabalgata de Reyes en Ferrol y que Franchón aún invite a tomar roscón en su casa.


Navidad es viajar. Es hacer 28 horas en avión con un dedo roto. Son los hijos de Guillermo y Marta volando hacia Adelaide. Es cruzar España desde Sevilla en coche o un pasaje en familia a Mexico DF. 

Navidad a veces es distancia. Es el Skype de Luis abierto para hablar con su madre en Venezuela. Son las hijas de Ketty, tan contentas de conocer a su nuevo hermano que olvidan que sus abuelos se han vuelto a Ferrol.
Navidad es Ángela poniendo mesas a sus amigos embarazada. Es cada mirada que Johan lanza a la habitación recién decorada antes de acostarse. Es sentirse afortunado de estar con la persona que quieres de verdad sin importar lo que el mundo piense o las dificultades.

Navidad son nombres y apellidos porque es tener fuerzas para volver a ser quienes somos. No se mide en regalos caros o baratos, ni momentos concretos. No es ser mejores, ni extraordinarios. Es simplemente demostrarle al mundo, al menos durante 30 días, que tenemos el valor de luchar y sacrificarnos por otros más que por nosotros mismos. 

Si observas como yo, verás que en Navidad todo se llena de personas. Estés donde estés, creas en lo que creas, no hay nada más humano que Diciembre con aquellos que sacan lo mejor de ti.


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